Hay veces que es obvio que estamos procrastinando, por ejemplo cuando decides terminar de ver la serie de Netflix antes de hacer ese algo importante que tienes pendiente. Hay otras veces que no es tan obvio, de esas quiero hablarte.
Tal vez esto te suene familiar: Tienes algo importante que hacer, super importante. Algo cuyo resultado deseas que se manifieste con ansias y de solo pensarlo te hace sonreir de oreja a oreja. Y es tan importante ese algo que no hay espacio para errores, debe quedar "perfecto". Antes de al fin completarlo, o de siquiera atreverte a empezar, decides que no estás preparada para ejecutarlo y conviertes el camino en una carrera de obstáculos. Juras que no estás procrastinando porque estás haciendo algo al respecto. Pero... ¿Realmente son necesarios todos los prerequisitos que te acabas de imponer o te estás saboteando a ti misma?
Cuando te veas en ese loop recuerda alguna de estas frases que me han ayudado a cambiar mi vida en muchos aspectos. Las considero mis mantras posmodernos ya que con muchísima frecuencia me las repito:
"Keep it simple. Complexity is the enemy of execution." - Tony Robbins
"Execution trumps knowledge." - Tony Robbins
"Done is better than perfect." - Anónimo
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